jueves, 11 de agosto de 2016

Capítulo 50.

   Siguen sentados en aquel patio interior del centro. Aún quedan dos horas para que el horario de visitas se termine, pero la chica aún no tiene intención de irse.
-Me dijiste que me lo contarías...- Nyx apoya la barbilla en su mano.- Bueno, sólo si quieres.
-Es información confidencial...- Sonríe divertido.- En realidad, esto lo saben el psicólogo, mis padres y Dinna. Puede que no sea tan confidencial...
-Tu hermana no solía hablar mucho del tema.
-Lo sé. De hecho, os habéis enterado este curso, por lo que me dijo... Y esto se arrastra desde hace más de tres años. El único que lo sabía era David.- Dylan se acomoda en aquel banco de madera.- Ha soportado mucho por mi hermana...
-La quiere, no hay otra explicación.
   El pelirrojo sonríe de lado. El silencio se instaura entre ellos durante unos minutos y finalmente, decide contarle aquello.
-Cuando entré en la Universidad empecé a fumar. Me juntaba con gente poco recomendable la verdad, aunque yo seguía con mi vida normal... Pero todo empezó cuando de los cigarros pasé a los porros. Dejé los estudios, empecé a pasar de muchas cosas... No me importaba absolutamente nada.- Dylan se fija en la chica que tiene enfrente. No le quita ojo de encima, le escucha atenta.- Durante una temporada sólo fumé marihuana... El verdadero problema llegó cuando en un par de fiestas probé otro tipo de sustancias. Ya no eran porros, ya eran pastillas, rayas...- Nyx suspira.- ¿De verdad quieres que te hable de esto?
-Sí... No sé cómo, pero de alguna forma te quiero ayudar.- La joven se encoge de hombros.- Sigue, por favor.
-Como quieras...- El chico se muerde el labio, sabiendo que lo que llega ahora no es nada fácil de contar.- Un año después de esto me ingresaron por una sobredosis, mis padres me llevaron a un centro de rehabilitación y yo me escapé. Pasaron varios meses cuando regresé a casa a por dinero, me pillaron y volvieron a ingresarme, pero ocurrió lo mismo. Dicen que a la tercera va la vencida, en mi caso no fue así.- Niega con la cabeza y suspira.- Pienso en todo lo que ha pasado mi familia y me siento despreciable. Y es peor cuando a veces tengo la necesidad de fumar o beber.
-Pero tú mismo has querido ponerle fin a todo eso, Dylan.- La chica le da la mano.- Queda mucho para que esto se acabe, pero estoy segura de que puedes superarlo. Tienes el apoyo de tu familia, de los médicos... También tienes mi apoyo y aunque los demás no han tenido mucho trato contigo, confían en que vas a salir adelante.- Sonríe levemente.- De hecho... Luke celebra su cumpleaños dentro de dos semanas, me ha pedido que te pregunte si quieres ir.
-Tendría que hablar con los médicos...
-Es un sábado, al igual que la otra vez, supongo que tendrás que estar aquí a las doce. Ahora que lo pienso, eres como Cenicienta.- Bromea Nyx con confianza.
-Muy graciosa, rubita.- Ironiza el chico.- Son casi las siete, deberías irt... ¿Mamá?- El joven se fija en la entrada al patio.- Mamá, papá.- Sorprendido, se pone en pie para saludarles.
-Hola cariño...- La mujer le da un abrazo.- Nos dijeron que tenías visita, pero no sabíamos que serías tú, Nyx.
-Hola señora Gray.- La joven saluda a la mujer con otro abrazo.
-Estás muy bien acompañado, entonces.- El padre del joven sonríe divertido.- Ya nos dijo algo Dinna...
-Bueno...- Ella se sonroja.
-Señor, señora Gray me alegro de verles.- Uno de los médicos se acerca hasta ellos.- Dylan, ¿qué tal has pasado la tarde?
-Bien, muy tranquilo.- El joven sonríe de lado.
-Tú debes de ser la novia de Dylan, ¿no? Ya me han comentado varios médicos que últimamente estás de muy buen humor... Por algo será.- El hombre se fija en la chica.- Tú eres...
-Nyx Cornish, pero no soy su novia.- La rubia se ríe nerviosa.
-Por el momento.- Dylan suelta una carcajada.- Creemos que lo mejor es esperar a que todo esté solucionado, ya me entendéis.
-Sí, claro.- Su madre sonríe.- Pero ya la puedo tratar como a David, ¿no? ¡Una más en la familia!
-Esto... Yo, bueno... Yo me iba a ir...- Nyx se sonroja aún más por momentos.
-Sí, mejor. Ya casi es de noche...- El joven la mira sonriente.- Ten cuidado, ¿vale?
-Lo tendré.- Ella le devuelve la sonrisa y recoge sus pertenencias antes de darle un abrazo y un corto beso en la mejilla.- Otro día vengo...
-Cuando quieras.
-Adiós, Nyx. Cuidado con el coche.- El padre de Dylan se despide de ella.
   La chica les dice adiós con la mano y camina hacia el interior del centro. Aunque no se ha quedado hasta el final de la visita, le ha agradado poder pasar tiempo con él.



   Desde hace un rato, están solos en casa. Sus padres se fueron hace horas y Alexy se marchó poco tiempo después avisando de que volvería tarde.
   Divertida y con algo más de experiencia, consigue ganarle en aquella carrera, por tercera vez.
-Dime que no me estás dejando ganar.- Aisha le mira durante unos segundos.
-No, has mejorado mucho.- Albert sonríe de lado.
   La joven se fija detenidamente en aquella sonrisa. No parece muy alegre y aunque no ha querido hablar con él aún, sabe que algo no va bien.
-¿Es por tu abuela?
-¿Qué?- El chico deja el mando de la Wii sobre el escritorio.
-Desde hace unos días estás muy serio... ¿Es por tu abuela?
-En parte sí...
-¿Y cuál es la otra parte?
   Durante unos segundos, el joven permanece en silencio.
-Los profesores no hacen muy buenos comentarios sobre mí. Hace un año me habría dado igual, pero ahora... Es diferente.
-Estudias, estás más centrado... Quieres ir a la Universidad, eso te motiva de alguna forma. Los comentarios te están afectando, ¿verdad?
-Bastante.
-Pues demuéstrales lo contrario.- La italiana deja el mando junto al de él y se pone de pie.- Yo no creo que las cosas te vayan tan mal... Y en el caso de que lo fueran, puedes pedir ayuda.
-No me gusta depender de la gente para estas cosas... Tenéis suficiente con prepararos los exámenes como para tener que ayudarme a mí.
-Sabes que no me importa ayudarte. Lo hago de buena gana, cielo.- Le sonríe.- Hagamos algo para animarte.
-Está bien...- Albert se levanta de la silla que estaba ocupando.- ¿Qué propones?
   La chica retrocede hasta llegar a la puerta. La cierra con un ligero movimiento y después apaga el interruptor de la luz. La única iluminación es la de la televisión, aún encendida. Se acerca al joven que desde su altura sonríe con aire divertido.
-Dichiara...
   Ella se pone de puntillas para darle un largo y profundo beso. A este, le siguen otros besos más exigentes acompañados de tímidas caricias. El rumbo de las cosas mejora por momentos y algo más decididos, comienzan a desprenderse de la ropa.
   Albert se deshace de la camiseta, obligando a que se separen. Durante algunos segundos, Aisha pasea una de sus manos por su abdomen, hasta que decirle mirarle a los ojos. Él busca una señal que le diga por dónde seguir o qué debe hacer.
-¿Estás segura?
-Segura.- Murmura antes de sonreír y volver a besarle.
   Con cuidado, avanzan hasta la cama y Aisha se tumba en ella. Lo besos continúan al igual que las caricias. Pero esta vez, se reparten por cualquier zona. Sus respiraciones se han vuelto más irregulares y pequeños gemidos se escapan de la garganta de ella.
   Llegados a este punto, el gemelo de pelo oscuro tantea en el escritorio hasta dar con uno de los paquetes plateados. Antes de hacer nada, mira detenidamente a su novia.
-Sólo llegaré hasta donde tú quieras... No te obligo a nada, pequeña.
-Estoy preparada...
   Ante aquella respuesta, Albert le da un abrazo y apoya su cabeza en el pecho de la joven. Ambos se toman unos segundos para hacer aquello.
-Te quiero.- Susurra a la vez que se introduce en ella con suavidad.
-Ah...- Un suspiro sale de la chica.- Sig... Sigue.
   El joven comienza con el vaivén de embestidas. El dolor que pudo sentir al principio, pronto se convierte en una agradable sensación para ambos...



   Deja la porción de pizza sobre el plato y bebe un trago de su refresco. Apenas son las nueve de la noche y aunque parecen cansados, están pasando un buen rato juntos.
-Entonces, ¿qué han dicho sobre la propuesta de la radio?- Brandon da otro mordisco a su porción.
-Lo hablaron el otro día y todos están de acuerdo: no es una buena idea. Sweet Nightmare se creó en el garaje de David como un pasatiempo.- Alexy se encoge de hombros.- Les entiendo.
-Dieron el concierto para conseguir el dinero del viaje. Que de un día para otro les digan que pueden abrirse paso en el mundo de la música... Era algo precipitado, realmente.- El delegado le da la razón.- No puedo comer más.
-Venga ya, ¡pero si sólo era el cuarto trozo!
-En serio, estoy lleno.
-Pues más para mi.- El rubio sonríe y coge otra de las porciones.- Hacen muy buenas pizzas, no me lo esperaba.
-Te lo dije.- Brandon le mira.- ¿Te pido una para llevar?
-Oye, ¿me estás llamando glotón?- Divertido, Alexy le arroja una servilleta a la cara.
-Te vas a comer el resto de la pizza, ¿lo eres o no?
-Admito que no me lleno tan fácilmente...- Suelta una carcajada.- Y cambiando de tema, ¿qué pasó con tus amigos? A veces te veo hablando con ellos.
-Puedo hacerte un resumen, si quieres.- Al ver que el chico asiente con la cabeza, sigue hablando.- Seguimos hablando, pero algunos me caen mejor que otros... Hay cosas que nunca toleraré y una de ellas es que se crean mejores que los demás.
-¿Mejores? Te refieres a que se dan aires de grandeza, ¿no?
-Exacto. Tienen los humos muy subidos, aunque no todos.- El chico de los ojos pardos bebe un trago de agua.- No soy el único en pensar de esa forma. Estoy seguro de que al final ese grupo se va a separar.
-Si os separáis, las cosas os pueden ir mejor. Uno debe rodearse de gente que le aporte cosas buenas.
-Desde luego.- Asiente al escucharle.- Por eso sigo hablando con algunos de ellos, con los que merecen la pena, por así decirlo.
-Haces bien. Al menos conservas a alguien de ese grupo... Pero ya sabes, ahora también estamos nosotros.
-Lo sé... Pero reconozco que me está costando acostumbrarme.- Algo avergonzado, pasea la mirada por aquel local.- Nunca he tratado mucho con vosotros y bueno... Los roces que he tenido con Max...
-Te gustaba Rox y a él también, supongo que es normal.- Alexy sonríe de lado.- ¿A ti te sigue gustando?
-No.- Responde con sinceridad.- Es una amiga. Hace tiempo comprendí que ella estaba interesada en Max, así que... Pasé página.
-Eso está bien. No te quedes estancado por nadie. Y ahora... ¿Te gusta alguien?
   Ante la pregunta, se queda callado durante unos segundos.
-No estoy seguro.- Hace una pausa.- Apenas nos conocemos, no sé si podría decir que me gusta.
-Pues tiempo al tiempo.- El rubio coge una servilleta y se limpia las manos.- A lo mejor descubres que es recíproco y la vida te da una alegría.- Divertido se pone de pie.- Voy al baño, cuando vuelva pagamos.
-De acuerdo.- Brandon asiente con la cabeza y ve cómo se aleja de la mesa.
   Realmente han pasado una buena tarde y tal vez puedan repetir en otra ocasión.



   Después de llegar del centro, habló con su padre sobre la llamada telefónica que recibió por parte de su madre. El hombre no parecía sorprendido con la noticia de que se volvería a casar, de hecho le deseaba lo mejor y la animaba a que hablase con ella para aclarar todo lo que tienen pendiente. Esta conversación no tomó un buen rumbo y al final, padre e hija discutieron.
   Tras esto, ella subió a su habitación para cambiarse de ropa y salir de allí. El plan ha sido completamente improvisado pero allí se encuentran las tres amigas a las puertas del Blow.
-Debimos quedarnos dentro...- Rosalya se abraza así misma.- ¿Por qué fumas en invierno? ¿No pasas frío?
-Ya es la costumbre.- Se encoge de hombros.- ¿Quieres?
-Ni de broma.- Niega con la cabeza.
-Dame.- Rox coge el cigarrillo, sorprendiéndolas a ambas. Da una calada y unos segundos después expulsa el humo.- No me miréis así.
-Rox, ¿qué haces?- La del pelo castaño pregunta seriamente.- Tú no fumas.
-Lo sé, de hecho soy la primera en regañarles por hacerlo... Me estoy contradiciendo.- Lo piensa seriamente.- Pero el otro día estaba en casa de Max, hablando con Dianne y él estaba fumando en el patio...
-¿Max fuma en casa?- Nyx suelta una carcajada.- Qué cabrón, yo tengo que esperar a que mi padre no esté.
-Creo que Dianne ya no se sorprende de nada... Bueno, el caso es que estábamos hablando y él de vez en cuando se metía en la conversación. No sé cómo pero acabé con él en el patio compartiendo un cigarro.- La joven niega con la cabeza.- Y él no fuma con tanta frecuencia como vosotros.
-Según él fuma, sobretodo, después de... Ya sabes.
-Sí.- Se ríe.- Realmente sí.
   La rubia da la última calada antes de apagar el cigarrillo.
-Vamos dentro, quiero una cerveza.
-Menos mal que te llevo yo.- Rosa abre la puerta del Blow y es la primera en entrar.
   Sus dos amigas la siguen de cerca hasta llegar a una mesa vacía que hay al fondo. Nyx se ofrece a traer las bebidas mientras que ellas deciden esperarla allí.
-Tengo ganas de bailar, ¿te apuntas?- La del pelo castaño menea la cabeza al ritmo de la canción que está sonando.
-Creo que más tarde...- Rox sonríe.- Pero puedes ir tú sola, yo te vigilo.
-Me parece bie... ¡Alexy!- Grita emocionada al ver a su mejor amigo.- ¿Qué haces aquí? ¡Hola Brandon!
-Recibí un mensaje de Nyx y como Brandon y yo no teníamos otro plan mejor...- El rubio le da un fuerte abrazo.- ¡Roxanne!- Sonríe y se acerca a ella para saludar.
-Hola Rosa.- Brandon le da un abrazo y sonríe al ver que está tan animada.- Rox...- Le saluda con un gesto que ella le devuelve.- ¿Qué tal va la noche?
-Llevamos un buen rato aquí, la cosa está muy tranquila.- La morena de ojos verdes se sincera con ellos.- Tres solas no hacemos nada.
-No me extraña, ¡pero ya estamos aquí!- Alexy se acomoda en una de las sillas.- ¿Y Nyx?
-Pidiendo en la barra.
-Voy a ayudarla.- Brandon se quita el abrigo y lo cuelga en uno de los respaldos libres.- Alexy, ¿qué quieres?
-Una cerveza.
-Hecho.- El joven sonríe y se aleja de allí.
-Aleeeeex...- Rosalya le agarra del brazo.- ¿A que bailas conmigo?
-¡Claro! ¡Vamos!- Sin dudarlo, el chico vuelve a levantarse.
-Entonces ya no tengo que estar pendiente.- Rox sonríe divertida.- Cuídala, eh.
-Ahora que me lo dices...- El gemelo de pelo rubio se empieza a reír.- Nunca te lo hemos contado, pero Rosa y yo salimos juntos.
-¿Qué?- Ella también se ríe.
-Sí, sí.- La joven le da la razón.- Es un método para que no se acerquen. Nos funcionaba muy bien.
-¿Ya no lo usáis?
-Ella no lo necesita desde que tiene novio.- Alexy le da un codazo.- Venga, vamos. ¡Que empiece la noche!

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